El ácido hialurónico y los beneficiosas de este producto son cada vez más utilizadas en los tratamientos de belleza y estética. Seguramente que ya sabes que puedes comprarlo en cremas, pastillas, puro e incluso en inyecciones. Pero quizás lo que no te han contado es que hay dos tipos de ácido hialurónico y se distinguen entre ellos por su composición molecular así como por las propiedades que tienen.
En estética se usan ambos, el no reticulado sólo o asociado a vitaminas o aminoácidos para nutrir la piel y el ácido hialurónico reticulado para rellenar arrugas o surcos, sujeción de estructuras que ceden (efecto “lifting sin cirugía”) o para aumento de volumen.
El ácido hialurónico reticulado:
Es una sustancia con más rigidez y estabilidad, de forma que perdura más en el tejido dérmico donde es inyectado. Por tanto, con poca reticulación, el ácido hialurónico será más fluido y volátil, mientras que a mayor reticulación, se conseguirá una mayor densidad y durabilidad.
El ácido hialurónico no reticulado en cambio tiene una duración muy pequeña, se degrada más fácilmente, su densidad y duración es mucho menor y es mucho más vulnerable al ataque de la hialuronidasa (enzima que lo degrada).
[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]Las diferencias entre el ácido hialurónico reticulado y no reticulado radican con que hay uno que forma estructuras uniendo sus moléculas, y este proceso de unión crea volumen.
En los tratamientos antiarrugas, en aumento de labios, en la eliminación de ojeras, o rellenos faciales, estas estructuras que dan volumen son las más buscadas y deseadas. Ya que puede ser aprovechada para servir como cimientos en el relleno de arrugas, pliegues gestuales y envejecimiento por la edad.
El ácido hialurónico reticulado que se une internamente, se utiliza como inyectable en estética y en tratamientos de artritis de rodilla. Dada su unión, se degrada menos, lo que le otorga mejores propiedades para resistir al paso del tiempo.
Su administración es vía subcutánea, es decir, mediante inyecciones o infiltraciones, y su uso siempre es en tratamientos sin cirugía: relleno de pómulos, surcos nasogenianos, perfilado de labios.
Por otro lado está el ácido hialurónico no reticulado, es producido cuando las moléculas no se entrelazan entre sí y circulan libres.
Al no enlazarse entre sí las moléculas que lo componen, permanecen con el mismo minúsculo tamaño, fluyendo en libertad, y con capacidad de infiltrase en la piel gracias a su tamaño microscópico.
Esta propiedad de las moléculas libres produce que se pueda aplicar el formato no reticulado por vía externa en forma de crema para la piel, serum y otros productos disponibles.
Según los efectos que queremos conseguir se pueden diferenciar dos tipos de ácido hialurónico:
– Volumen y relleno: Ácido hialurónico reticulado mediante inyecciones.
– Hidratación y mejora de la piel a un precio más bajo: Ácido hialurónico no reticulado en crema, gel y comprimidos por vía tópica u oral. Este tiene mejores efectos en pieles poco castigadas.
¿Y tú, has aprovechado los beneficios del ácido hialurónico para resaltar tu belleza y frenar el paso de los años? comparte tu experiencia de este maravilloso producto. ;)
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